viernes, 28 de diciembre de 2007
Trinidad Ramírez: "el gobierno actual buscará quitarnos nuestros terrenos"
La integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra responde al comunicado federal que hace oficial y definitivo el proyecto de construcción del aeropuerto en Texcoco
El gobierno federal no construirá ningún aeropuerto en Texcoco, ni siquiera en terrenos federales, porque de todas maneras “nos van a afectar y ya lo vemos venir” con la ampliación de la carretera en proceso y la instalación de negocios y grandes tiendas que “han empezado a desplazar a los pequeños comercios”, advirtió Trinidad Ramírez de Del Valle, dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT).
Subrayó que antes de hacer cualquier plan, el presidente Felipe Calderón tendría que solucionar las denuncias que siguen pendientes acerca de violaciones, abusos, homicidios y el “secuestro” de los principales dirigentes del FPDT en el penal de máxima seguridad del Altiplano, entre ellos su esposo, Ignacio del Valle.
Después de que en la Cámara de Diputados el presidente de la Comisión de Comunicaciones, el priísta Gustavo Cárdenas Monroy, informó que el gobierno calderonista retomará en 2008 el proyecto para construir una nueva terminal aérea en la zona de Texcoco, Trinidad Ramírez –quien asumió la dirección del FPDT después de la detención de su esposo– señaló que los habitantes de San Salvador Atenco se mantienen en pie de lucha y “vamos a pelear hasta el último momento”.
Aseguró que sigue vivo el movimiento surgido en 2001, cuando el entonces presidente Vicente Fox pretendió expropiar las tierras comunales de San Salvador Atenco para construir un nuevo aeropuerto y pagar a los ejidatarios apenas 7.20 pesos por metro cuadrado.
Ahora “vemos que no habrá decreto de expropiación, sino que mediante una imposición buscarán despojarnos poco a poco de nuestro patrimonio”, aseguró.
En entrevista, la activista subrayó que a la fecha no se ha dado solución a las demandas del FPDT, porque siguen sin esclarecerse los homicidios de Alexis Benhumea y Javier Cortés. Tampoco se ha sancionado a los policías que violaron y abusaron sexualmente de 23 mujeres detenidas durante el operativo policiaco del 4 de mayo de 2006 en Atenco, fecha en la que también fueron aprehendidos los principales dirigentes del frente.
La administración gubernamental tendría que “bajar con el pueblo y no pasar sobre él”, subrayó Trinidad Ramírez. Destacó que el actual es un gobierno autoritario “que quiere aplastar al pueblo”, por eso la “supuesta coordinación para dizque combatir el narcotráfico”. En realidad, “vienen a imponer”, porque el proyecto del aeropuerto “no está pensado para el pueblo”.
Afirmó que las autoridades planean “arrebatarnos nuestras tierras y nuestra tranquilidad, pues aunque digan que el aeropuerto se ubicará en terrenos federales, existe, por ejemplo, el plan de atravesar el pueblo con una carretera”.
Trinidad Ramírez insistió en que las tierras de San Salvador Atenco “son nuestro único patrimonio y la herencia para las generaciones futuras”. Recordó a los dirigentes del FPDT detenidos desde mayo de 2006 en el penal del Altiplano, entre ellos su esposo, así como Felipe Álvarez Hernández y Héctor Galindo Cochicoa, quienes en mayo pasado fueron sentenciados a 67 años y seis meses de prisión cada uno, al responsabilizarlos de los delitos de secuestro equiparado por la retención de funcionarios entre febrero y abril de 2006.
Reiteró la exigencia del FPDT de que se libere a todos los presos de Atenco, así como a 23 campesinos recluidos en el penal del Molino de las Flores.
(Noticia aparecida en el diario mexicano La jornada ver aquí noticia original)
El gobierno federal no construirá ningún aeropuerto en Texcoco, ni siquiera en terrenos federales, porque de todas maneras “nos van a afectar y ya lo vemos venir” con la ampliación de la carretera en proceso y la instalación de negocios y grandes tiendas que “han empezado a desplazar a los pequeños comercios”, advirtió Trinidad Ramírez de Del Valle, dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT).
Subrayó que antes de hacer cualquier plan, el presidente Felipe Calderón tendría que solucionar las denuncias que siguen pendientes acerca de violaciones, abusos, homicidios y el “secuestro” de los principales dirigentes del FPDT en el penal de máxima seguridad del Altiplano, entre ellos su esposo, Ignacio del Valle.
Después de que en la Cámara de Diputados el presidente de la Comisión de Comunicaciones, el priísta Gustavo Cárdenas Monroy, informó que el gobierno calderonista retomará en 2008 el proyecto para construir una nueva terminal aérea en la zona de Texcoco, Trinidad Ramírez –quien asumió la dirección del FPDT después de la detención de su esposo– señaló que los habitantes de San Salvador Atenco se mantienen en pie de lucha y “vamos a pelear hasta el último momento”.
Aseguró que sigue vivo el movimiento surgido en 2001, cuando el entonces presidente Vicente Fox pretendió expropiar las tierras comunales de San Salvador Atenco para construir un nuevo aeropuerto y pagar a los ejidatarios apenas 7.20 pesos por metro cuadrado.
Ahora “vemos que no habrá decreto de expropiación, sino que mediante una imposición buscarán despojarnos poco a poco de nuestro patrimonio”, aseguró.
En entrevista, la activista subrayó que a la fecha no se ha dado solución a las demandas del FPDT, porque siguen sin esclarecerse los homicidios de Alexis Benhumea y Javier Cortés. Tampoco se ha sancionado a los policías que violaron y abusaron sexualmente de 23 mujeres detenidas durante el operativo policiaco del 4 de mayo de 2006 en Atenco, fecha en la que también fueron aprehendidos los principales dirigentes del frente.
La administración gubernamental tendría que “bajar con el pueblo y no pasar sobre él”, subrayó Trinidad Ramírez. Destacó que el actual es un gobierno autoritario “que quiere aplastar al pueblo”, por eso la “supuesta coordinación para dizque combatir el narcotráfico”. En realidad, “vienen a imponer”, porque el proyecto del aeropuerto “no está pensado para el pueblo”.
Afirmó que las autoridades planean “arrebatarnos nuestras tierras y nuestra tranquilidad, pues aunque digan que el aeropuerto se ubicará en terrenos federales, existe, por ejemplo, el plan de atravesar el pueblo con una carretera”.
Trinidad Ramírez insistió en que las tierras de San Salvador Atenco “son nuestro único patrimonio y la herencia para las generaciones futuras”. Recordó a los dirigentes del FPDT detenidos desde mayo de 2006 en el penal del Altiplano, entre ellos su esposo, así como Felipe Álvarez Hernández y Héctor Galindo Cochicoa, quienes en mayo pasado fueron sentenciados a 67 años y seis meses de prisión cada uno, al responsabilizarlos de los delitos de secuestro equiparado por la retención de funcionarios entre febrero y abril de 2006.
Reiteró la exigencia del FPDT de que se libere a todos los presos de Atenco, así como a 23 campesinos recluidos en el penal del Molino de las Flores.
(Noticia aparecida en el diario mexicano La jornada ver aquí noticia original)
viernes, 21 de diciembre de 2007
Represión y resistencia en Atenco
RAICES… Proyecto Neoliberal: el aeropuerto.
En Noviembre de 2001 , el gobierno de Fox lanza un megaproyecto de aeropuerto. El principal aeropuerto de Mexico está centralizado en Mexico DF, no puede ser ampliado puesto que se encuentra en medio del núcleo urbano y no es posible expandirlo.
Es por eso que se busca un lugar donde se pueda construir, a las afueras de la ciudad. El lugar idóneo para la construcción de este megaproyecto se encuentra en las tierras de San Salvador Atenco, una pequeña población situada al noreste de Mexico DF. Es así que el gobierno trata de expropiar 4550 hectáreas ejidales con una pequeña indemnización de 7 pesos por metro cuadrado (aproximadamente 50 céntimos de euro por metro cuadrado)
Lxs pobladorxs de Atenco, junto con personas de otras 24 localidades afectadas, se organizan para paralizar la expropiación de sus tierras , y así surge el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT). En el verano de 2002 se dan fuertes enfrentamientos entre el FPDT y las fuerzas de seguridad del Estado de México, en las que las fuerzas de seguridad encarcelan, lesionan y asesinan a miembros del FPDT. En Agosto de 2002 el gobierno de Vicente Fox anuncia la cancelación del proyecto aeroportuario.
Después del anuncio de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, lanzada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en junio de 2005, el Frente de Pueblos manifiesta su adhesión a la Sexta y su incorporación a La Otra Campaña. Es decir, se compromete junto a los zapatistas en la construcción de otra forma de hacer política, de un programa nacional de lucha y una nueva Constitución. Cabe señalar que desde el inicio de La Otra Campaña, la respuesta gubernamental ha sido la persecución, la amenaza, el desalojo, la cárcel, y la muerte.
Otro proyecto neoliberal: Wallmart
Desde su conformación el FPDT se involucra solidariamente en las luchas y resistencias de esta zona del Estado de México y de otras regiones del país, entre ellas la de los floricultores de Texcoco, que comercian sus productos en la vía pública, fuera del mercado. La venta en la vía pública es una de las principales fuentes de ingresos y de subsistencia de los campesinos en esta región, pero desde hace tiempo les era impedida por las autoridades municipales de Texcoco, la ciudad más cercana a Atenco.
A principios de Abril de 2006 tienen que enfrentarse de nuevo a las autoridades que pretenden “limpiar la ciudad” de gente pobre e instalar en lugar del mercado un centro comercial “Wallmart”. Los ejidatarios junto con los miembros del FPDT, con quienes mantienen lazos de solidaridad y apoyo mutuo, tienen que soportar la presión y la represión de la policía, que se instala todo el mes en el mercado como respuesta a sus protestas pacíficas.
El día 2 de Mayo del 2006 los floricultores y el FPDT realizan una concentración en Texcoco para pedir la retirada de la policía, una mesa de dialogo y la posibilidad de seguir vendiendo sus flores. A raíz de esta acción se les permite vender flores algunos días señalados, uno de ellos el día 3 de Mayo, festividad religiosa en el lugar. Sin embargo ese día, la policía desaloja violentamente a los floricultores y a los miembros de FPDT que llegan a instalarse al mercado. La carga policial fue brutal y unas 40 personas tienen que refugiarse en una casa. Se sigue intentando dar una salida dialogada al conflicto, pero no hay respuesta por parte de las autoridades. En solidaridad con los floricultores, varios miembros del FPDT bloquean una de las principales carreteras de Texcoco. La policía intenta acceder a Atenco pero los pobladores les cortan el paso. En estos momentos muere asesinado el niño de 14 años Javier Cortes, por un disparo de bala efectuado por un policía. A raíz de estos y acrecienta la escalada de violencia. Algunos policías son retenidos y posteriormente liberados.
San Salvador Atenco es cercado por retenes policiales y los pobladores intentan de nuevo establecer comunicación con las autoridades, siendo nulo todo intento de comunicación pacifica.
En la tarde, aproximadamente 500 efectivos de la Policía Estatal rompen la puerta principal de la vivienda de Texcoco donde están refugiadxs lxs compañerxs floricultorxs y del FPDT y acceden a la casa, golpeando y deteniendo a la gente para posteriormente trasladarles hacia las cárceles.
Organización resistencia, apoyo Otra Campaña… si nos tocan a unx nos tocan a todxs
La Otra Campaña, insta a colectivos y organizaciones sociales a que se solidaricen con lxs compañerxs del FPDT, adherentes también a La Otra Campaña.
Así es que la karavana que acompaña a la comisión sexta, así como colectivos y organizaciones adherentes a la Otra Campaña se solidarizan y se trasladan hacia San Salvador Atenco, donde llegan en la noche del día 3 de mayo. En esa noche se mantiene el cerco policial alrededor de San Salvador Atenco y las barricadas instaladas dentro de la población.
Represión
Los medios de comunicación emprenden una campaña terrorista de difamación en contra del movimiento de Atenco. Desde los micrófonos de radio y televisión se homogenizan las voces que piden el uso de la fuerza bruta.
El día 4 de mayo, alrededor de las 6 de la mañana, comienza un operativo policial de ingreso en el pueblo de Atenco, en el cual participan los tres niveles de policías (municipal, estatal y federal).En este operativo actúan unos 3500 efectivos policiales, 8 helicópteros que sobrevuelan el poblado, frente a una resistencia de 300 civiles.
Se realizan registros y detenciones ilegales, manteniendo a la población en un virtual estado de sitio. Durante todo el día el poblado se encuentra cercado, de forma que no se puede ni entrar ni salir.
En total, 204 personas detenidas, entre las cuales hay 9 menores y 5 extranjerxs. En el traslado de lxs detenidxs, el cual dura más de 6 horas, aunque el trayecto en sí se efectúa en 2 horas, se producen graves violaciones a los derechos humanos en forma de tortura. Se les cubre el rostro con el fin de impedir la visión; se les propinan fuertes golpizas; se les grita constantemente desde el momento de la detención, con tal de que exista una respuesta de miedo; se les amenaza constantemente con la muerte; Se les realizan vejaciones orales mientras sufren agresiones físicas, tocamientos, introducción de objetos o bien la violación directa.
El saldo de este operativo, hasta la fecha es de 29 compañerxs encarceladxs, 3 de ellos pertenecientes al FPDT, presos en un penal de máxima seguridad. 5 extranjerxs torturadxs y expulsadxs ilegalmente del país, con el silenciamiento de sus gobiernos: España, Alemania y Chile.
Javier Cortés murió asesinado por un disparo policial y Alexis Benhumea, joven universitario, murió por el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno.
En Noviembre de 2001 , el gobierno de Fox lanza un megaproyecto de aeropuerto. El principal aeropuerto de Mexico está centralizado en Mexico DF, no puede ser ampliado puesto que se encuentra en medio del núcleo urbano y no es posible expandirlo.
Es por eso que se busca un lugar donde se pueda construir, a las afueras de la ciudad. El lugar idóneo para la construcción de este megaproyecto se encuentra en las tierras de San Salvador Atenco, una pequeña población situada al noreste de Mexico DF. Es así que el gobierno trata de expropiar 4550 hectáreas ejidales con una pequeña indemnización de 7 pesos por metro cuadrado (aproximadamente 50 céntimos de euro por metro cuadrado)
Lxs pobladorxs de Atenco, junto con personas de otras 24 localidades afectadas, se organizan para paralizar la expropiación de sus tierras , y así surge el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT). En el verano de 2002 se dan fuertes enfrentamientos entre el FPDT y las fuerzas de seguridad del Estado de México, en las que las fuerzas de seguridad encarcelan, lesionan y asesinan a miembros del FPDT. En Agosto de 2002 el gobierno de Vicente Fox anuncia la cancelación del proyecto aeroportuario.
Después del anuncio de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, lanzada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en junio de 2005, el Frente de Pueblos manifiesta su adhesión a la Sexta y su incorporación a La Otra Campaña. Es decir, se compromete junto a los zapatistas en la construcción de otra forma de hacer política, de un programa nacional de lucha y una nueva Constitución. Cabe señalar que desde el inicio de La Otra Campaña, la respuesta gubernamental ha sido la persecución, la amenaza, el desalojo, la cárcel, y la muerte.
Otro proyecto neoliberal: Wallmart
Desde su conformación el FPDT se involucra solidariamente en las luchas y resistencias de esta zona del Estado de México y de otras regiones del país, entre ellas la de los floricultores de Texcoco, que comercian sus productos en la vía pública, fuera del mercado. La venta en la vía pública es una de las principales fuentes de ingresos y de subsistencia de los campesinos en esta región, pero desde hace tiempo les era impedida por las autoridades municipales de Texcoco, la ciudad más cercana a Atenco.
A principios de Abril de 2006 tienen que enfrentarse de nuevo a las autoridades que pretenden “limpiar la ciudad” de gente pobre e instalar en lugar del mercado un centro comercial “Wallmart”. Los ejidatarios junto con los miembros del FPDT, con quienes mantienen lazos de solidaridad y apoyo mutuo, tienen que soportar la presión y la represión de la policía, que se instala todo el mes en el mercado como respuesta a sus protestas pacíficas.
El día 2 de Mayo del 2006 los floricultores y el FPDT realizan una concentración en Texcoco para pedir la retirada de la policía, una mesa de dialogo y la posibilidad de seguir vendiendo sus flores. A raíz de esta acción se les permite vender flores algunos días señalados, uno de ellos el día 3 de Mayo, festividad religiosa en el lugar. Sin embargo ese día, la policía desaloja violentamente a los floricultores y a los miembros de FPDT que llegan a instalarse al mercado. La carga policial fue brutal y unas 40 personas tienen que refugiarse en una casa. Se sigue intentando dar una salida dialogada al conflicto, pero no hay respuesta por parte de las autoridades. En solidaridad con los floricultores, varios miembros del FPDT bloquean una de las principales carreteras de Texcoco. La policía intenta acceder a Atenco pero los pobladores les cortan el paso. En estos momentos muere asesinado el niño de 14 años Javier Cortes, por un disparo de bala efectuado por un policía. A raíz de estos y acrecienta la escalada de violencia. Algunos policías son retenidos y posteriormente liberados.
San Salvador Atenco es cercado por retenes policiales y los pobladores intentan de nuevo establecer comunicación con las autoridades, siendo nulo todo intento de comunicación pacifica.
En la tarde, aproximadamente 500 efectivos de la Policía Estatal rompen la puerta principal de la vivienda de Texcoco donde están refugiadxs lxs compañerxs floricultorxs y del FPDT y acceden a la casa, golpeando y deteniendo a la gente para posteriormente trasladarles hacia las cárceles.
Organización resistencia, apoyo Otra Campaña… si nos tocan a unx nos tocan a todxs
La Otra Campaña, insta a colectivos y organizaciones sociales a que se solidaricen con lxs compañerxs del FPDT, adherentes también a La Otra Campaña.
Así es que la karavana que acompaña a la comisión sexta, así como colectivos y organizaciones adherentes a la Otra Campaña se solidarizan y se trasladan hacia San Salvador Atenco, donde llegan en la noche del día 3 de mayo. En esa noche se mantiene el cerco policial alrededor de San Salvador Atenco y las barricadas instaladas dentro de la población.
Represión
Los medios de comunicación emprenden una campaña terrorista de difamación en contra del movimiento de Atenco. Desde los micrófonos de radio y televisión se homogenizan las voces que piden el uso de la fuerza bruta.
El día 4 de mayo, alrededor de las 6 de la mañana, comienza un operativo policial de ingreso en el pueblo de Atenco, en el cual participan los tres niveles de policías (municipal, estatal y federal).En este operativo actúan unos 3500 efectivos policiales, 8 helicópteros que sobrevuelan el poblado, frente a una resistencia de 300 civiles.
Se realizan registros y detenciones ilegales, manteniendo a la población en un virtual estado de sitio. Durante todo el día el poblado se encuentra cercado, de forma que no se puede ni entrar ni salir.
En total, 204 personas detenidas, entre las cuales hay 9 menores y 5 extranjerxs. En el traslado de lxs detenidxs, el cual dura más de 6 horas, aunque el trayecto en sí se efectúa en 2 horas, se producen graves violaciones a los derechos humanos en forma de tortura. Se les cubre el rostro con el fin de impedir la visión; se les propinan fuertes golpizas; se les grita constantemente desde el momento de la detención, con tal de que exista una respuesta de miedo; se les amenaza constantemente con la muerte; Se les realizan vejaciones orales mientras sufren agresiones físicas, tocamientos, introducción de objetos o bien la violación directa.
El saldo de este operativo, hasta la fecha es de 29 compañerxs encarceladxs, 3 de ellos pertenecientes al FPDT, presos en un penal de máxima seguridad. 5 extranjerxs torturadxs y expulsadxs ilegalmente del país, con el silenciamiento de sus gobiernos: España, Alemania y Chile.
Javier Cortés murió asesinado por un disparo policial y Alexis Benhumea, joven universitario, murió por el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno.
Impunidad
Los responsables del operativo siguen sin castigo y gozan de total impunidad. Lo que ocurrió en el pueblo de Atenco no es un “exceso” de las fuerzas policíacas, no es algo que se les “salió de las manos” al gobierno mexicano. Lo ocurrido fue algo premeditado, ordenado por las cúpulas del gobierno federal y del Estado de México.
Romper el Cerco
Este documental narra los hechos de los primeros días de Mayo de 2006 en San Salvador Atenco: la organización del pueblo en defensa de la tierra, robadas por las empresas transnacionales, y la posterior represión gubernamental a través de la más inhumana intervención policial; todo ello camuflado y silenciado pertinentemente por los medios de comunicación de masas.
La violencia de estado contra las mujeres - Lydia Cacho
"La violación de las mujeres detenidas en Atenco es de lo más normal, al menos históricamente. Los policías siguieron los mismos patrones que durante siglos han perpetrado los cuerpos militares y policíacos: no importa si las mujeres irrumpen en el espacio público o se encuentran en sus hogares, deben ser violadas porque son el botín de guerra. Por eso, por su normalidad, ni el gobernador Enrique Peña Nieto; ni Wilfrido Robledo, comisionado de la policía del estado de México; ni Miguel Angel Yunes, son capaces de reconocer que la violencia sexual perpetrada contra las mujeres detenidas durante la manifestación es cierta, pero sobre todo que es un delito. Por eso ignoran el trauma sicoemocional implícito en la tortura sexual de estas mujeres, en su mayoría jóvenes estudiantes.
Durante siglos los códigos masculinos de guerra y control policiaco siguen reglas muy claras: no importa que ya se haya sometido a un pueblo bajo la dictadura -como en Argentina, Chile o la antigua Yugoslavia-: la prueba de que el pueblo ha sido controlado es la colonización del cuerpo de las mujeres, y cuando ellas son activistas políticas o defensoras de derechos humanos, es decir, cuando cuestionan el mundo del poder, el castigo es justificado y alentado por los códigos de poder masculino a través del abuso sexual, el sometimiento violatorio con objetos como armas, fusiles o palos, como en Serbia, en Palestina, en los campamentos nazis, o en las cárceles argentinas y mexicanas. Para comprenderlo tal vez baste ver las torturas a los soldados iraquíes: más allá de las golpizas la última de las humillaciones fue la violación anal, con órganos sexuales u objetos. Invadir el cuerpo es símbolo de controlar la voluntad.
En esta tortura y violación a los derechos humanos por parte de las autoridades están implicados como cómplices intelectuales el presidente Vicente Fox, el Poder Legislativo, el secretario de Seguridad Pública federal y, por supuesto, el gobernador Peña Nieto y sus cuerpos policiacos. Lo aseguro porque Vicente Fox ha sido el presidente mexicano que más tratados, convenios y protocolos internacionales relacionados con derechos humanos y violencia contra las mujeres ha signado en la historia de México. Está, por ejemplo, el Protocolo de Estambul, cuyo propósito es proteger a las y los detenidos de torturas físicas y sicológicas, y por supuesto de torturas sexuales. Estos protocolos, como el Estatuto de Roma, son convenios civilizatorios creados para que los países se comprometan públicamente en la arena internacional y poco a poco mejoren el bienestar y la calidad de vida de su población mediante mejores prácticas judiciales. Pero para que estos tratados funcionen se necesita elaborar reformas penales aterrizadas en el derecho mexicano. La trampa perversa está en que para aterrizar el Protocolo de Estambul, el gobierno foxista puso como especialistas a militares y a expertos en seguridad pública, que piensan tan parecido a los policías violadores y a Peña Nieto que no ven más allá de sus narices, y en el fondo creen en la tortura como una buena forma de control social. Por eso crearon mecanismos que debilitan este protocolo y otros, como el de la Convención de Eliminación de todas las Formas de Violencia Contra las Mujeres (CEDAW). Baste ver el vergonzoso papel que para su aplicación hizo Patricia Olamendi, desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, con mucho escándalo y recursos y ningún resultado para las mujeres víctimas de violencia de Estado.
La esquizofrenia del sexenio foxista, y sus resultados, se hace cada vez más evidente en la medida en que las violaciones a los derechos humanos de la población no sólo se muestran incontrolables, sino siempre hallan justificación política en la cultura de represión e impunidad, que desde el poder desprecia los derechos humanos de quienes ya no le son políticamente útiles. ¿Dónde quedó el apasionado discurso de los derechos de las mujeres en voz de Fox? ¿Dónde está la señora Sahagún abanderando a las jóvenes violadas? No, la defensa de los derechos de las mujeres nunca aterrizó en políticas de Estado palpables, porque no es resultado de la congruencia, sino del oportunismo político de todos los partidos.
Las violaciones sexuales perpetradas durante seis horas en el traslado en camión (viaje que debió durar dos horas) pusieron a las víctimas en un total estado de indefensión. Durante y luego de la tortura, una víctima pasa por sentimientos de temor y pánico, ansiedad y dolor físico. Lo último que desea es que un desconocido -como un médico legista de la prisión- revise sus genitales, la toque y la lastime. La revictimización de las víctimas de violencia sexual está suficientemente documentada, y por ello las agencias especializadas de delitos sexuales que existen en México desde hace años saben del trauma secundario y del síndrome de estrés postraumático que paraliza a las víctimas y las sume en un terror de ser revictimizadas por sus captores y aliados, como pueden ser los agentes del Ministerio Público.
En el caso de las detenidas de Atenco, el trauma se hace más evidente porque aún están bajo la vigilancia de sus violadores, quienes tienen sus datos personales. Cualquiera que haya pasado por esas humillaciones será incapaz de inventar una violación sexual.
La crueldad e ironía con las que responde a las declaraciones de las mujeres violadas el comisionado Wilfrido Robledo es idéntica a las burlas de Milosevic sobre los campamentos de mujeres violadas en Sarajevo, de Pinochet sobre las mujeres torturadas en las cárceles, e igual a los comentarios burlones y sexistas de Patricio Martínez en Ciudad Juárez, de Villanueva en Quintana Roo, de Miguel Angel Yunes en el caso Succar, de Mario Marín y la procuradora de Puebla, o del muñequito Peña Nieto, quien invita con voz suave a olvidar el pasado y pensar que el fin justifica los medios.
Las torturas y violaciones a las mujeres de Atenco son producto de una misoginia estructural; los policías sometieron a las mujeres en un festín, siguiendo un tradicional código de ensañamiento y sadismo policiaco común en México, que justifican de propia voz hombres como Kamel Nacif o Federico Arreola con un "para que ellas aprendan", o un "así somos los hombres". Estas torturas sexuales deben ser investigadas hasta sus últimas consecuencias. Llamar a las mujeres mentirosas es violencia de Estado, es complicidad.
El ejercicio de poder en México por hombres de todos los partidos políticos se ha caracterizado por un evidente sexismo y un sistemático rechazo de las autoridades a reconocer el derecho de las víctimas.
Hablar de los derechos de las mujeres aporta votos, es políticamente correcto, pero aplicarlos implica compromisos éticos que muchos no están dispuestos a asumir. Por ello miles de mexicanas y mexicanos exigimos a las autoridades responder y proteger a las víctimas de tortura sexual en Atenco, y al gobernador Peña Nieto ofrecer disculpas a las víctimas y asegurarles protección para que sean escuchadas y se juzgue a los policías por los delitos de violación y violación equiparada; están las actas circunstanciadas con suficientes elementos para la investigación, que después de todo se persigue de oficio en el estado de México. No es la justicia ni las leyes, sino la misoginia de los servidores públicos, lo que está castigando nuevamente a las mujeres de Atenco, primero por estar en una manifestación pública, luego por ser mujeres y decir la verdad".
Durante siglos los códigos masculinos de guerra y control policiaco siguen reglas muy claras: no importa que ya se haya sometido a un pueblo bajo la dictadura -como en Argentina, Chile o la antigua Yugoslavia-: la prueba de que el pueblo ha sido controlado es la colonización del cuerpo de las mujeres, y cuando ellas son activistas políticas o defensoras de derechos humanos, es decir, cuando cuestionan el mundo del poder, el castigo es justificado y alentado por los códigos de poder masculino a través del abuso sexual, el sometimiento violatorio con objetos como armas, fusiles o palos, como en Serbia, en Palestina, en los campamentos nazis, o en las cárceles argentinas y mexicanas. Para comprenderlo tal vez baste ver las torturas a los soldados iraquíes: más allá de las golpizas la última de las humillaciones fue la violación anal, con órganos sexuales u objetos. Invadir el cuerpo es símbolo de controlar la voluntad.
En esta tortura y violación a los derechos humanos por parte de las autoridades están implicados como cómplices intelectuales el presidente Vicente Fox, el Poder Legislativo, el secretario de Seguridad Pública federal y, por supuesto, el gobernador Peña Nieto y sus cuerpos policiacos. Lo aseguro porque Vicente Fox ha sido el presidente mexicano que más tratados, convenios y protocolos internacionales relacionados con derechos humanos y violencia contra las mujeres ha signado en la historia de México. Está, por ejemplo, el Protocolo de Estambul, cuyo propósito es proteger a las y los detenidos de torturas físicas y sicológicas, y por supuesto de torturas sexuales. Estos protocolos, como el Estatuto de Roma, son convenios civilizatorios creados para que los países se comprometan públicamente en la arena internacional y poco a poco mejoren el bienestar y la calidad de vida de su población mediante mejores prácticas judiciales. Pero para que estos tratados funcionen se necesita elaborar reformas penales aterrizadas en el derecho mexicano. La trampa perversa está en que para aterrizar el Protocolo de Estambul, el gobierno foxista puso como especialistas a militares y a expertos en seguridad pública, que piensan tan parecido a los policías violadores y a Peña Nieto que no ven más allá de sus narices, y en el fondo creen en la tortura como una buena forma de control social. Por eso crearon mecanismos que debilitan este protocolo y otros, como el de la Convención de Eliminación de todas las Formas de Violencia Contra las Mujeres (CEDAW). Baste ver el vergonzoso papel que para su aplicación hizo Patricia Olamendi, desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, con mucho escándalo y recursos y ningún resultado para las mujeres víctimas de violencia de Estado.
La esquizofrenia del sexenio foxista, y sus resultados, se hace cada vez más evidente en la medida en que las violaciones a los derechos humanos de la población no sólo se muestran incontrolables, sino siempre hallan justificación política en la cultura de represión e impunidad, que desde el poder desprecia los derechos humanos de quienes ya no le son políticamente útiles. ¿Dónde quedó el apasionado discurso de los derechos de las mujeres en voz de Fox? ¿Dónde está la señora Sahagún abanderando a las jóvenes violadas? No, la defensa de los derechos de las mujeres nunca aterrizó en políticas de Estado palpables, porque no es resultado de la congruencia, sino del oportunismo político de todos los partidos.
Las violaciones sexuales perpetradas durante seis horas en el traslado en camión (viaje que debió durar dos horas) pusieron a las víctimas en un total estado de indefensión. Durante y luego de la tortura, una víctima pasa por sentimientos de temor y pánico, ansiedad y dolor físico. Lo último que desea es que un desconocido -como un médico legista de la prisión- revise sus genitales, la toque y la lastime. La revictimización de las víctimas de violencia sexual está suficientemente documentada, y por ello las agencias especializadas de delitos sexuales que existen en México desde hace años saben del trauma secundario y del síndrome de estrés postraumático que paraliza a las víctimas y las sume en un terror de ser revictimizadas por sus captores y aliados, como pueden ser los agentes del Ministerio Público.
En el caso de las detenidas de Atenco, el trauma se hace más evidente porque aún están bajo la vigilancia de sus violadores, quienes tienen sus datos personales. Cualquiera que haya pasado por esas humillaciones será incapaz de inventar una violación sexual.
La crueldad e ironía con las que responde a las declaraciones de las mujeres violadas el comisionado Wilfrido Robledo es idéntica a las burlas de Milosevic sobre los campamentos de mujeres violadas en Sarajevo, de Pinochet sobre las mujeres torturadas en las cárceles, e igual a los comentarios burlones y sexistas de Patricio Martínez en Ciudad Juárez, de Villanueva en Quintana Roo, de Miguel Angel Yunes en el caso Succar, de Mario Marín y la procuradora de Puebla, o del muñequito Peña Nieto, quien invita con voz suave a olvidar el pasado y pensar que el fin justifica los medios.
Las torturas y violaciones a las mujeres de Atenco son producto de una misoginia estructural; los policías sometieron a las mujeres en un festín, siguiendo un tradicional código de ensañamiento y sadismo policiaco común en México, que justifican de propia voz hombres como Kamel Nacif o Federico Arreola con un "para que ellas aprendan", o un "así somos los hombres". Estas torturas sexuales deben ser investigadas hasta sus últimas consecuencias. Llamar a las mujeres mentirosas es violencia de Estado, es complicidad.
El ejercicio de poder en México por hombres de todos los partidos políticos se ha caracterizado por un evidente sexismo y un sistemático rechazo de las autoridades a reconocer el derecho de las víctimas.
Hablar de los derechos de las mujeres aporta votos, es políticamente correcto, pero aplicarlos implica compromisos éticos que muchos no están dispuestos a asumir. Por ello miles de mexicanas y mexicanos exigimos a las autoridades responder y proteger a las víctimas de tortura sexual en Atenco, y al gobernador Peña Nieto ofrecer disculpas a las víctimas y asegurarles protección para que sean escuchadas y se juzgue a los policías por los delitos de violación y violación equiparada; están las actas circunstanciadas con suficientes elementos para la investigación, que después de todo se persigue de oficio en el estado de México. No es la justicia ni las leyes, sino la misoginia de los servidores públicos, lo que está castigando nuevamente a las mujeres de Atenco, primero por estar en una manifestación pública, luego por ser mujeres y decir la verdad".
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La violación como tortura sexual
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